A partir del 2017, las computadoras dejaron de fabricarse en el país. “Los fabricantes se volvieron importadores”, contó una fuente del Ministerio de Desarrollo Productivo. Los motivos tuvieron que ver con un cambio en la política de comercio exterior durante el gobierno anterior. “La fabricación informática que se hacía en distintas partes del país dejó de hacerse en abril de 2017, cuando el arancel se llevó al 0%”, contó Federico Hellemeyer, presidente de la Asociación de Fábricas de Electrónica (AFARTE).
“Siempre se pensó que, sacando los derechos de importación, iba a generar un efecto virtuoso en la economía y los precios. Fue un fracaso. El Gobierno dejó de recaudar estos derechos, se perdieron 6.000 puestos de trabajo, los precios son escandalosos y la importación insume dólares”, afirmó Luis Galli, presidente de Newsan, sobre el arancel 0%. La empresa invirtió 1,5 millones de dólares para reiniciar la línea de producción de computadoras en Tierra del Fuego, y empleará a 100 personas.
“Por ahora comenzamos a fabricar las computadoras del plan educativo”, aclaró Galli. “Nos encantaría volver a producir las de consumo, porque mi visión es que Argentina necesita industria para generar puestos de trabajo calificados, pero no hay industria que pueda competir contra un producto final con arancel 0%”, agregó.
Las empresas aspiran a abastecer a un mercado interno, con fuerte potencial. “En 2020 se vendieron 300 mil computadoras, es la mitad que en Chile”, aseguró Ponelli. Por otro lado, los empresarios afirmaron que es difícil que la producción pueda exportarse. “No es competitivo el costo de fabricación argentina, pero lo que si exportamos es el know how. Tenemos fábricas en Latinoamérica y África, y la competitividad surge de los servicios en la economía del conocimiento, no en el hardware”, explicó Ponelli. Pese a no volverse una industria exportadora, desde el Gobierno consideran que “son menos los dólares que salen por importar partes, que un producto final”.
Sobre la tecnología utilizada, Galli aseguró que “se mira despectivamente al proceso de ensamble en Tierra del Fuego”. Sin embargo, explicó que el proceso es el conocido como “CKD”: “Tenemos unos robots que hacen toda la inserción automática de la placa electrónica. En todo el mundo las industrias son terminales, que significa que se terminan en país, ya no existe eso de fabricar los componentes, lo que haces es el ensamblado final, no es que pones la etiqueta”, concluyó.